lunes, 22 de febrero de 2016

ESPERANDO

Cada uno de nosotros durante nuestra vida esperamos algo. Todos los días, todo el tiempo. 

Unos esperan una fecha importante, un ascenso en su trabajo o un aumento de salario. Otros más esperan la llegada de un amigo o familiar que ha estado fuera de la ciudad por algún tiempo. Algunos otros esperan una oportunidad de trabajo, puesto que llevan tiempo buscando y al parecer no hay nada en este mundo para esas personas. Los románticos esperan encontrar y construir al amor de su vida.

Yo, ¿qué espero?, espero una llamada, un mensaje, un correo; una señal, que me diga que esa persona especial, aquel que tenía mi lado tierno y perverso a la vez, me extraña, piensa en mí. 

Se preguntarán por qué yo no lo busco, por qué yo no soy la que dé ese primer paso. Es complicado, mejor dicho, lo hago complicado; porque la vida es tan complicada como nosotros lo queramos. Porque sí, pienso en él, lo extraño, quisiera enormemente llamarle, decirle mil y un cosas; unas importantes, otras más simples tonterías para hacerlo reír como hace un tiempo; la cuestión aquí es que aunque yo lo quiera, él decidió irse o ambos lo hicimos. Realmente, él se fue, yo sigo aquí, en el mismo lugar. Él sabe dónde estoy, tal vez él espera lo mismo de mí, sin embargo le he mandado varias señales diciéndole que sigo aquí, esperando.

Sigue siendo la persona en la que pienso cuando algo me sucede, sea bueno o sea malo, sigo esperando para poder contarle de mis días, esperando por que él me cuente su día, qué fue lo que hizo bien o mal en su trabajo, qué fue lo que ahora le dijo su jefe. Sigo esperando a que él se acuerde de mí.

Si lo ven o saben de él, díganle que aquí estoy, esperando. Que yo no puedo decírselo pero que sigo esperando fecha para mi examen recepcional, que por cuestiones del destino que yo desconozco, aún no me han dado fecha a pesar de tener ya todo listo. Díganle que me gusta pensar en que si no me la han dado, es porque el destino está esperando, al igual que yo, él quiera regresar, él me quiera volver a hablar y pueda estar, como lo prometimos tiempo atrás, en primera fila en mi examen, viendo cómo cumplo uno de mis objetivos, en el que él estuvo gran parte del camino de mi titulación.

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Díganle que lo sigo queriendo como desde la última vez que se lo dije y se lo demostré, que cada día que pasa lo extraño un poco más y más. 

Díganle que no hay día que no piense en él y quiera hablarle, a cualquier hora, mientras trabaja, mandarle un mensaje o llamarle para que sepa que aún vivo.

Díganle todo eso y más, díganle que aquí sigo... esperándolo.

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